Querido amigo de la Consolación:

Bienvenido al arrabal del Jesús, donde María Rosa Molas, a través de diversas circunstancias, escuchó y acogió la Palabra de Dios: “Consolad, consolad a mi pueblo” a la que respondió llevando el rostro consolador de Dios a los hermanos.

Te encuentras en la Casa Madre de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, donde reposan los restos de Santa María Rosa Molas y Vallvé, que te acoge con alegría y te invita a recorrer como un peregrino de la Consolación este lugar sagrado donde pervive su huella.




Deseamos que a lo largo del recorrido histórico que vas a realizar:

Conozcas, un poco más, la vida de María Rosa Molas y los lugares donde transcurrió.
Descubras, como una llamada personal, el amor a la Iglesia que ella vivió, le llevó a fundar la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación y a permanecer disponible ante las necesidades de la Iglesia.

Sientas, como un nuevo impulso, la fuerza del Carisma que la alentó a ser Instrumento de Misericordia y Consolación y que sigue vivo en nuestro mundo a través de sus Hijas y de todos aquellos que forman parte de la extensa Familia de la Consolación

Gracias por tu presencia entre nosotros y que María Rosa Molas sea siempre tu compañera de camino.



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